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Historia de los grados Kyu y Dan

El primer Arte Marcial que utilizó el sistema de grados por cinturones fue el Judo. Más tarde, ese sistema de grados, se extendió por el resto de sistemas japoneses, chinos, coreanos, etc. El sistema de grados por cinturones se divide en dos grupos: Los grados KYU y los grados DAN.

KYU quiere decir literalmente en japonés "clase, rango, grado", y son los grados que se utilizan para designar a los estudiantes principiantes, y están asociados a cinturones de colores. Normalmente existen diez grados KYU, aunque no están presentes en todos los sistemas de Artes Marciales. Se deben de obtener en orden descendente, es decir, el grado más básico sería el 10º KYU, y correspondería al cinturón blanco, cinturón con el cual se comienza en la practica de las Artes Marciales. Como se obtienen los grados en orden descendente, se iría avanzando hasta llegar al cinturón de grado KYU más alto, que sería el 1º KYU. Cuando se llega al grado 1º KYU, empiezan los grados DAN, que corresponden a los cinturones negros.

En el caso de los grados DAN, el orden es totalmente diferente a los grados KYUm porque es en orden ascendente. El primer grado Dan correspondería al cinturón negro 1º DAN, y así, sucesivamente.

Los cinturones negros van desde el 1º DAN hasta el 10º DAN.

En los grados 9º y 10º DAN, algunos estilos de Artes Marciales, llevan el cinturon rojo, que indica que se ha llegado al máximo nivel que se puede llegar dentro del sistema de Artes Marciales que se practica. Para algunos expertos, este color está fuera de lugar, ya que este color sólo se debería reservar para el fundador del sistema en todo caso, pero la realidad es otra, pudiéndose ver maestros con este grado que ni les corresponde por su nivel, ni por su edad, e incluso llevándolo sólo por puro marketing comercial, ya que ni el fundador de su sistema nunca llegó a poseer tal grado. Por ejemplo, en Japón, hay grandes maestros que son descendientes directos del linaje de un sistema de Artes Marciales, y sólo llegan a ostentar cinturones negros en toda su vida, ya que prima el respeto por el fundador, mientras que en otras partes del mundo, por desgracia, maestros con muchos menos años de experiencia, mucha menos técnica, mucho menos de todo....presumen sin vergüenza alguna de cinturones rojos.

Volviendo al tema de los cinturones, el sistema de grados por colores, sólo es un reconocimiento a la experiencia adquirida por el alumno durante el entrenamiento y al nivel alcanzado.

Un alumno puede llegar a convertirse en cinturón negro en unos cinco años más o menos de práctica continuada, pero eso es sólo el comienzo de un camino, que puede durar toda la vida.

Uno de los problemas más habituales entre los practicantes de Artes Marciales, es que cuando llegan al cinturón negro, creen que ya lo saben todo dentro del sistema que practican, y pierden el interés por aprender, bajando considerablemente los alumnos que continúan su camino hacia el segundo DAN, y de nuevo bajando el porcentaje hasta el tercer DAN, y siendo muy pocos, los que llegan a cuarto DAN​ y por consiguiente, a maestros dentro de su sistema. Otras de las causas de abandono, es que para conseguir un nuevo grado DAN, el tiempo entre uno y otro es mucho mayor que antes, e incluso en algunos sistemas, el tiempo de pase de grado DAN equivale casi al empleado para llegar al cinturón negro.

Aunque muchos se crean que llevando un cinturón negro se tiene ya el grado de maestro, nada más lejos de la realidad, lo cierto es que sólo indica que se ha alcanzado el nivel ideal, para empezar a comprender y practicar realmente los fundamentos del sistema de Artes Marciales que se practica. Bajo esa premisa, podemos decir, que los grados KYU, son la preparación para el entrenamiento en Artes Marciales que comenzaría a partir del primer DAN.

Así mismo, no se deben comparar los grados del estilo de Artes Marciales que estás practicando, con los grados de otros sistema de Artes Marciales, ya que no en todos, se tiene la misma experiencia y/o nivel marcial. Lo único importante en el sistema de grados es su finalidad, que no es otra que la motivación del alumno, superando este las diferentes etapas de aprendizaje y los retos que se le impongan.

Autor: Sensei P. Agenjo.

EL CURRICULUM DE LOS DIFERENTES TIPOS DE AGRESORES

La idea de este trabajo de estudio, es identificar los diferentes tipos de posibles agresores o atacantes, para por lo menos, tener un mínimo de conocimientos sobre como actuan cada uno de ellos, y como debemos de actuar nosotros, siempre dentro de los parámetros que marca la ley.

Entre los posibles tipos de agresores nos podemos encontrar con los siguientes tipos:

                                                         AGRESOR CALLEJERO/PELEADOR CALLEJERO

Este es un individuo que actua y selecciona a sus víctimas, sin importarle la edad, sexo o tendencia sexual. Su único objetivo es provocar a su víctima hasta llegar a la confrontación cuerpo a cuerpo. Con este tipo de agresor no se puede dialogar, porque tiene su objetivo prefijado, y su meta es la pelea, e incluso puede comenzar su ataque con un golpe por sorpresa, para que no pueda haber ninguna posibilidad de huida.
Normalmente, este tipo de agresores se juntan en pandillas, y presumen entre ellos de sus "hazañas", llegando incluso a grabarlo con sus móviles, y subiéndolo posteriormente a las redes sociales, youtube, etc. Otros, sólo pretenden demostrar a sus amigos, lo valientes, duros y fuertes que son sin ninguna otra motivación en la agresión. Estos tipos de agresores suelen atacar en lugares como estaciones de tren, metro, etc, o zonas donde puedan exhibirse delante de la gente, ya que normalmente, nadie hará nada por ayudar o intentar detener la agresión.
Por ello, es de vital importancia aprender a estudiar la gente que nos rodea en todo momento, sus movimientos, sus posibles miradas, etc, a fin de tener en mente, las pistas que nos lleven a identificar a un posible agresor e intentar evitar el encuentro, la aproximación por parte del agresor hacia nosotros, etc.

                                                 

 

                                                        AGRESOR BAJO LOS EFECTOS DEL ALCOHOL

Actualmente es muy común encontrarse con este tipo de agresor, sobre todo en zonas de copas, turísticas, etc donde hay sobre todo mucha gente jóven que toma alcohol, y en algunos casos hasta casi llegar al coma etílico, e incluso en la mayoría de ocasiones, la combinación de drogas y alcohol, pudiendo tener una percepción de la realidad totalmente alterada. La diferencia entre ellos es que mientras que el posible agresor que está bajo los efectos del alcohol, tiene sus capacidades motoras debilitadas, sus movimientos son lentos y torpes, y sus reflejos, practicamente brillan por su ausencia en ese momento. Debido a la ingeste de bebidas alcohólicas, el individuo tiene su estado anímico alterado, teniendo los sentimientos, pensamientos e incluso la memoria fuera de control, de ahí, que opte por agredir a alguien sin razón, motivación, provocación y sin medir las posibles consecuencias de sus actos. La gran mayoría de los casos en que una persona intenta agredirnos estando bajos los efectos del alcohol, no lo hacen con las manos vacias, usando lo que puedan tener a mano, como las botellas, vasos, sillas, etc.

                                                     AGRESOR BAJO LOS EFECTOS DE LAS DROGAS

También podemos encontrarnos con un agresor que esté bajos los efectos de las drogas, que se comportan de forma totalmente diferente al posible agresor anterior. Las drogas tienen un efecto diferente sobre el cuerpo humano, haciendo que el sistema se acelere, y cuando eso ocurre, el cerebro lo transforma en una forma de seguridad en si mismo aumentada, llegando a agredir a cualquiera que se pueda poner por delante, mientras se encuentren en este estado de euforia, sin importar el sexo, edad, raza, etc. Muchas veces, como tienen la percepción de la realidad que les rodea alterada, no ven a las personas que agreden como personas normales, sino que pueden formar parte de la fantasía que pasa por sus cabezas en ese momento.

                                                                           

 

                                                                               AGRESOR SEXUAL

Este tipo de agresor, necesita de un mayor estudio del comportamiento, ya que suelen ser gente normal que no aparentan ser personas que puedan poner nuestra integridad física en peligro, de ahí que sea realmente complicado crear un perfil de este tipo de agresor. En toda violación existe un momento en el cual, la vida del agredido/a puede llegar a estar en verdadero peligro, ya  que el violador, en la gran mayoría de los casos, cuando actúa lo hace con tal punto de perversión, que si su víctima ofreciera algún tipo de resistencia, su agresividad aumentaría en consecuencia, ya que en ese momento, en el violador prima más el placer de sentirse poderoso, que el placer sexual solamente, haciendo que esa lucha de la víctima por no ser agredida, estimule en mayor medida su enfermedad patológica, y busque en la violación un placer que nunca le llega. Al hablar del perfil psicológico del violador, debería decirse más bien de los violadores, ya que no existe un sólo tipo de agresor sexual, ya que este término abarca un amplio abanico de conductas desadaptativas y agresivas contra el genero opuesto.


Existe un primer tipo de agresor sexual: El violador ocasional, que suele ser una persona convencionalmente normal, pero en una determinada circunstancia y ante un tipo de víctima diferenciada, y casi siempre desconocida, bajo los efectos del alcohol en la mayoría de los casos, no pone en marcha sus frenos inhibitorios noéticos y da salida a un acto violento de forma impulsiva e incontrolada que no suele repetir, por eso, es casi imposible de detectar.


En segundo lugar, tenemos los violadores de mentalidad débil u oligofrénico, que por su situación de "hambre sexual", busca a su víctima para dar salida a sus impulsos, no importándole con quié, ni donde sea, ni siquiera si la víctima es menor, cosa que normalmente le viene mejor, ya que con víctimas adultas, se encuentran en inferioridad de circunstancias, y no nos referimos a físicas, sino a psicológicas, ya que una víctima adulta tiene mayor posibilidad de atacarle verbalmente, y llegar a dominarlo en ese aspecto, ya que ese es su punto débil. Estos sujetos suelen dotar a sus agresiones de una especial hostilidad, ya que en ellos el acto mismo de la agresión, se convierte en una venganza, pues en no pocas ocasiones su víctima se ha reído de él y le ha llamada "tonto", lo que vivencia al débil mental con una espina irritativa, nebulosamente concienciada, que le hace dolerse ante la afrenta de ser menospreciado.


En íntima relación con el segundo tipo de agresor se encuentra el perverso sexual, con una personalidad psicopática de gran resonancia social y criminal. Hay que distinguir el cuadro puro con los de débil mental disarmónico de carácter psicopático y del psicópata sexual con escasa dotación intelectual, mezcla que cuando se da, aumenta de forma importante la peligrosidad del violador, ya que el perverso sexual busca encontrar en la fuerza empleada contra su víctima la seguridad de su sexualidad precaria y pobre, ante la que necesita autoafirmarse. Esta es la razón por la que la resistencia de su víctima estimula su agresividad, siendo éste el motivo del alto riesgo del perverso sexual, en la que los elementos sádicos determinantes de sus actos no son superdisponibles, propiamente a la violencia vindicativa del oligofrénico, aunque en algunos casos puede darse de forma mezclada o conjunta.

 

(Fuente: Dr. José Antonio García Andrade. Vicepresidente 2º de C.I.A.C.).

Viendo como son los agresores sexuales y sus posibles comportamientos, en un principio es muy difícil o casi imposible de identificarlos a primera vista. Es por ello, que en estos casos en mayor medida si cabe, es fundamental tener conocimientos de DEFENSA PERSONAL, para por lo menos prestar más atención a la gente que se nos acerque, y ante una agresión de este tipo, tener mayores posibilidades de salir con vida.

                                                           AGRESOR EN CASO DE BULLING (Acoso escolar)

El acoso escolar es un fenómeno que siempre a existido, pero que en la actualidad a tomado una mayor importancia a la hora de prevenirlo, dado el número de niñ@s que lo sufren en silencio, y que incluso han llegado al suicidio.
El agresor escolar es una persona o grupo de personas que abusan e intimidan a otras, mediante diferentes tipos de actos, ya sean físicos o psicológicos. En este juego de "dominación-sumisión", es muy peligroso que caigan nuestros hijos, ya que cuando se alarga en el tiempo este tipo de agresión, da lugar a etapas de victimización, con el consiguiente deterioro psicológico de la víctima. Aprender a defenderse físicamente en general ayuda a los niñ@s a sentirse más seguros, aunque no tengan que usar sus habilidades y/o conocimientos en una situación de la vida real. El sólo hecho de sentirse más seguros ayuda a los niñ@s a evitar ser los elegidos como víctimas en la mayoría de los casos. Existen diferentes técnicas de defensa personal especialmente concebidas para los casos de bulling, en las que sólo se tiene que evitar la agresión de normalmente otro escolar, sin llegar a tener que provocarle una lesión grave. Hacer que por ejemplo el menor aprenda a patear en las espinillas del contrario, pellizcar en la pierna o en el brazo, o golpear directamente en el pecho, puede llegar a ser muy útil en su día a día. Aprender técnicas de "DEFENSA PERSONAL", no sólo les aporta herramientas para defenderse, sino que además, les aporta seguridad en sí mismos y respeto hacia los  demás.


Lo más importante es, que el niñ@ aprenda a defenderse por sí sólo.

                                                                                           EL LADRÓN

El ladrón es un tipo de agresor, en la mayoría de los casos casi imposible de detectar. En muchas ocasiones nos encontraremos con ladrones profesionales que van muy bien vestidos, en otras pueden ser menores, y en otras nos pueden parecer inofensivos por su aspecto físico. No debemos asumir que el aspecto físico de un individuo influye en sus intenciones. Es muy frecuente la complicidad a la hora de hacer robos en la vía pública. Desconfía de ese "amigo encontradizo" al que no recuerdas y de la persona en apuros que te pide algo para distraer tu atención. Puede estar cooperando para ser el gancho en una perfecta trama ideada sólo para robarte.


Ya sea en los transportes públicos, un restaurante o en el hall de un hotel, etc., lugares donde haya gran flujo de personas son el hábitat perfecto para estos delincuentes. Agudiza tus instintos en estos lugares e intenta evitar que te acaben robando por exceso de confianza. Las falsas peleas, los falsos mendigos, mimos, vendedores callejeros, etc., pueden resultar ser tapaderas de estos actos de delincuencia. Intenta mantenerlos fuera de tu espacio vítal íntimo.


Los ladrones suelen tener un patrón de conducta en sus ataques, que según en estudios realizados en penales, nos llevan a la conclusión de que eligen a sus víctimas por ser "blancos fáciles" o personas susceptíbles de ser agredidos.


Estas señales que identifican estos tipos de agresores se llaman "PRECIPITADORES", y los ladrones los detectan en la conducta inconsciente de sus víctimas, sin importan ni género, edad, sexo, complexión física, etc. Según el estudio, algunas mujeres de complexión menuda, eran descartadas como víctimas, mientras que hombres de complexión fuerte eran seleccionados como víctima factibles.


Muy importante aparte de tener conocimientos en "DEFENSA PERSONAL" es vital no demostrar ser susceptíbles de agresión por robo. 


Estos son los perfíles/señales que este tipo de agresor buscan en sus posibles víctimas:

- CAMINAR DE FORMA INSEGURA: Desde que el mundo es mundo, los depredadores han enfocado sus fauces a los más lentos de la manada. Si lo proyectamos a la actualidad, y al contexto del ser humano, las personas proyectan indefensión cuando caminan demasiado lento, y arrastrando los pies, o al contrario, cuando caminan de manera frenética y apurada demostrando ansiedad. ¿Qué debemos hacer? Pues según los expertos en
psicología criminal, no andar ni muy lento, ni muy rápido, para no llamar la atención sobre nosotros.

- PARECER PERDIDO: Cuando una persona se encuentra nerviosa, es posible que dude a la hora de que camino tomar. De repente frena en seco en una esquina, duda mirando a ambos lados de la calle, y finalmente cruza al otro lado, para de repente volver a dudar, y volver al lado opuesto del principio. Este pequeño ejemplo de el día a día de un viandante perdido, atrae a los ladrones como la miel a los osos. Mi consejo, planificar de
antemano tu ruta mentalmente, sin rodeos, y sin dudas para no llegar a titubear en la calle.

- MANTENER EL MENTÓN BAJO Y/O LA MIRADA PERDIDA: En este sentido, las cosas han cambiado muchos desde los años ochenta. Actualmente caminamos con nuestro rostro casi pegado totalmente a la pantalla de nuestros móviles, haciéndonos parecer incluso más bajos de lo que somos realmente, e incluso más indefensos. Aunque parezca curioso, andar distraído es un imán para los problemas, ya que siempre serás un objetivo ideal para atacarte por sorpresa. 


Lo que debes hacer es mantenerte alerta con tu entorno y la gente que te rodea, especialmente si estás en un lugar que no conoces bien. Asegúrate de mirar a  la cara de la gente con una expresión neutral. Este tipo de  comportamiento suele disuadir a la mayoría de los ladrones, por ser una señal de poder. 

Si pese a todo lo expuesto, y habiendo sido precavido, el ladrón te escoje, tener conocimientos en "DEFENSA
PERSONAL", debería servir para como mínimo poder salir airoso de esta situación, o con el menor daño posible.

Autor: Sensei P. Agenjo.

                                    Artes Marciales y Ética

Las Artes Marciales tienen para el desarrollo y progreso de los alumnos un intenso entrenamiento para hacerlos duros y hábiles, en las diferentes técnicas que se les enseñan por su Sensei.  Sin embargo, hay una tradición marcial oral, muchas veces desconocida, para enseñar, educar en los alumnos, la forma de ser mejores en sus actitudes, pensamientos y acciones, las que no son adquiridas con un trabajo físico. Llamamos a esto formación ética de las Artes Marciales. 

Es común que muchos "Sensei" sean muy exigentes con las formas, la preparación física, la técnica, sin embargo, como siempre se debe tener presente que las actitudes, valores, principios suyos, como los que enseñe, son los que pueden marcar profundamente en lo positivo o negativo de la evolución de sus alumnos como persona y practicante de un Arte Marcial.

Recordemos una vez más que las Artes Marciales son el cúmulo de las tradiciones, códigos de conducta, principios éticos y morales, conocimientos científicos y filosóficos de las culturas que las originaron y desarrollaron, en el campo de batalla, en el enfrentamiento cara a cara con su enemigo, estas tradiciones eran de boca a boca y no escritas.

Las enseñanzas no escritas son muy necesarias para la formación de los alumnos ya que equilibra la evolución de ellos. En un Dojo podemos tener un alumno muy destacado en los aspectos técnicos...pero si este, no respeta a sus compañeros, a su Sensei, tiene malas actitudes, sin duda este no será el mejor ejemplo para nadie.

Es por ello que los Dojos tradicionales, los que enseñan con milenarias tradiciones con las que aún se enseñan en los Dojos de Okinawa, desarrollan armónicamente a los alumnos, los cuales en el lugar que estén siempre serán un digno representante de su Escuela y de lo que su Sensei le enseñó. Las Artes Marciales internas son disciplinas formativas que, a través del dominio de técnicas de autodefensa, provocan un cambio en la estructura moral de la propia personalidad, o en otras palabras, esto lentamente con la práctica los lleva a vivir una experiencia espiritual profunda, un cambio notorio de actitud en sus actividades habituales.

La pelea es con uno mismo, y tal vez con el correcto aprendizaje, se logre triunfar sobre uno, despojando todo aquello que no es un aporte para mejorar como individuo, como persona.

La práctica marcial debe ser muy equilibrada, tener un claro propósito de formación y educación, que es lo que hoy por hoy, los padres buscan cuando llevan a su hijo a un Dojo, y el saber que estos, después de un tiempo de entrenar, es un excelente exponente del sistema que practica, seguramente lo dejará muy contento, pero será más su alegria si se le entregan los valores fundamentales, actitudes correctas y que por siempre tenga presente la ética en sus acciones, lo que hasta hoy en eso, los Samurais no han sido superados...

Un antiguo refrán deja en clara evidencia de su forma de pensar y actuar: "La palabra de un samurai es más firme que el metal, por esa razón si falta a ella, un samurai debe caer sin remedio" (Caer hace referencia al harakiri).

Autor: Sensei Mauricio Troncoso.

         LOS TRES MANDAMIENTOS DEL KATSU TAI

Así como la piedra más grande puede ser partida en dos por un sólo gran rayo...así como una pequeña gota de agua continua, cayendo sin parar, puede reducir esa misma piedra a polvo...

En Katsu Tai trabajamos la forma suave, esa agua que penetra en los cimientos, con la rapidez de la precisión, con la contundencia de la técnica.

Esa pequeña gota de lluvia que cae en medio del oceáno creando un mínima ondulación...pero que metro a metro va ganando fuerza y cuando llega a la costa es un tsunami.

En Katsu Tai tenemos tres mandamientos y son en este orden:

1 - TÉCNICA


2 - DUREZA Y RESISTENCIA

3 - VELOCIDAD

A las malas se aprende que no se puede correr sino no eres duro...porque te lesionaras.


Y no se puede ser duro, sino hemos moldeado previamente nuestro ser a base de una técnica consistente y estudiada.

Al no saber golpear, el resultado no será el deseado.

Autor: Diego Santamaria.

                                        Principios Morales

Los principios morales que deben regir en todo momento la conducta del budôka con respecto a los demás, tan sólo por ser humano, son los siguientes: justicia, honestidad, sinceridad, cortesía, magnanimidad, diligencia, buena fé y bondad.

1-. JUSTICIA: El ser justo consiste en dar a cada uno lo que es suyo o lo que se merece, y en valorar acertadamente las acciones y las circunstancias de la vida cotidiana, actuando en consecuencia. Por ello, el budôka debe ser siempre imparcial, objetivo y recto en todo
momento y en toda situación.

2-. HONESTIDAD: Somos honestos y honrados cuando nos comportamos de acuerdo con las normas morales por las que nos regimos, cumpliendo con todo aquello a los que nos comprometemos, lo cual se convierte en un deber, una obligación libremente elegida, pero obligación al fin y al cabo. Los antiguos samurais decían de este compromiso que es el honor, que es la carga más grata, pero la más pesada de llevar, pues te obliga de por vida a ser consecuente contigo mismo en todo momento, y a veces a pesar de unos mismo o de sus intereses.

3-. SINCERIDAD: Es la cualidad moral por la cual una persona se expresa con franqueza y sin falsedad, esto es, dice lo que piensa o siente sin ninguna doblez o malintención.

4-. CORTESÍA: Está compuesta por la reglas de urbanidad y comportamiento, esto es, por los actos con los que manifestamos en todo momento el respeto o el afecto por los demás.

5-. MAGNANIMIDAD: Es es término por el cual designamos a esa cualidad moral que es la grandeza de espíritu, que se manifiesta en saber perdonar las faltas y los errores de los demás.

6-. DILIGENCIA: Consiste en realizar cualquier cosa que hagamos con prontitud y cuidado para que a su término esté elaborada lo mejor posible.

7-. BUENA FÉ: Es simplemente el actuar sin malicia, lo cual entronca con la...

8-. BONDAD: Que es la inclinación a hacer el bien con generosidad, lo cual suaviza el carácter aunque este se mantenga firme.

¡Cuidado! No se debe confundir la suavidad, con la debilidad, al contrario, como dice la máxima taoísta: "Lo suave prevalece, mientras que lo rígido perece".

 

Todos estos principios morales convierten a la persona (sea artista marcial o no) en un ejemplo para sus semejantes y en un estandarte de la más alta integridad.

                                      Moralidad del Acto

La moralidad del acto se refiere a la relación del estudiante con su Maestro, con sus compañeros de entrenamiento y con el resto de sus semejantes, e incluye las siguientes cualidades o virtudes: Humildad, respeto, rectitud, confianza y lealtad.

1-. HUMILDAD: Es la actitud por la cual una persona reconoces sus fracasos y debilidades (pues nadie es perfecto), al tiempo que no presume de sus logros, éxitos o victorias. Esto, aunque pueda parecer un síntoma de debilidad, lo es de fuerza, ya que el que es humilde lo es por elección. Por otra parte, el que sigue estas premisas y es superior técnicamente no se debe vanagloriarse de ello, puesto que nada tiene que demostrar, es humilde y moralmente superior.

2-. RESPETO: En este caso consiste en el acatamiento que el alumno de artes marciales tiene a las indicaciones de su maestro, sus compañeros (veteranos y novatos) y el lugar donde estudia y practica su arte marcial.

3-. RECTITUD: Esta virtud se fundamenta en ser integro, esto es, hacer lo que es justo, lo que debe hacerse, aunque la acción suponga un agravio para nosotros mismos.

4-. CONFIANZA: Consiste en el ánimo y el vigor para obrar que tiene aquel que tiene seguridad en sí mismo.

5-. LEALTAD: Es el cumplimiento de lo que exígen las leyes de la fidelidad y el honor, esto es, hacernos dignos de la fé que otra persona ha puesto en nosotros y no fallarla, cumpliendo con las obligaciones que nos hemos impuesto a favor de esa persona. Estas cualidades presentan al artista marcial que sigue el "DO", como un ser superior, pues como dice Lao-Tsé en su Tao Te Ching: "El que vence a los demás es poderoso, pero el que se vence a si mismo, es en realidad el poder personificado". Y vencerse a sí mismo implica los principios antes descritos, pues la esencia del hombre es de índole egoísta y estas cualidades en su mayor parte indican un gran desasopego personal, ya que voluntariamente deja de ser "El centro del universo" y se coloca por debajo de sus semejantes. 

                                   Moralidad de la Mente

La moralidad de la mente se refiere al desarrollo del carácter del artista marcial durante el entrenamiento. El artista marcial debe practicar con: voluntad, resistencia, perseverancia, paciencia y valor.

1-. VOLUNTAD: Es la facultad de hacer o no hacer realidad la intención o deseo de efectuar algo. Esto se funde con otra cualidad importante que es la determinación, que aparece cuando una persona tiene decisión y firmeza de carácter.

2-. RESISTENCIA: Es la capacidad de aguante al sufrimiento o dolor. Sin este aguante el artista marcial no podrá perseverar, pues la técnica física implica dolor e incomodidades que deben ser resistidas para poder evolucionar dentro del Arte.

3-. PERSEVERANCIA: Consiste en mantenerse constante en la consecución de lo comenzado, ya que la única manera de llegar a ser un experto en artes marciales es el entrenar de manera constante y sacrificada.

4-. PACIENCIA: Es la facultad de saber esperar con tranquilidad y sosiego cuando algo se desea mucho, y que en el caso que nos ocupa se traduce en tener paciencia en conseguir resultados. Esta por desgracia, es una cualidad que escasea en los nuevos aspirantes a artistas marciales, que piensan que se puede llegar a ser un "Bruce Lee" o un "Steven Seagal" en pocos meses, cuando se necesitan largos años de entrenamiento, sufrimiento y mucha perseverancia.

5-. VALOR: Es la capacidad del espíritu que nos lleva a enfrentarnos al miedo y superarlo, a pesar de enfrentarnos al peligro. Esta misma determinación nos ayuda en la consecución de grandes iniciativas y proyectos, como pueden ser los campeonatos y torneos. Todo artista marcial debe pensar que las artes marciales son un camino que no termina hasta el día de su fallecimiento, por lo que, teniendo durante toda la existencia estas cualidades se llegará a adquirir el conocimiento; la falta de una de ellas equivaldría a una fisura que iría agrandándose cada día hasta la ruptura del estudiante con las artes marciales.
 

                                  El Decálogo del Budôka

Con todo lo visto, los mandamientos del buen budôka deberían ser los siguientes:

1-. Las Artes Marciales han de limitarse exclusivamente a la legítima defensa.

2-. Las Artes Marciales exigen una dedicación total y adsoluta; el alumno debe entrenar sin interrupción.

3-. Las palabras y enseñanzas del maestro deben ser atendidas y asimilidas.

4-. El alumno de Artes Marciales debe respetar a su instructor y honrar a su Maestro.

5-. El alumno debe ser siempre amable, cordial, amigo de sus compañeros, y actuar con total honradez.

6-. El alumno de grado superior debe ayudar al de grado inferior, y este debe admitir sus enseñanzas.

7-. Fuera de la escuela, el alumno nunca debe mostrar técnicas a los no iniciados, aún a costa de rechazar un desafío.

8-. El alumno no debe ser agresivo, y debe mostrarse en constante armonía con todo y con todos.

9-. Sólo debe transmitirse el conocimiento de las Artes Marciales a aquel que sea pacífico.

10-. Recuerda siempre que las Artes Marciales no son un juego, son unas artes defensivas muy sofisticadas que mal ejecutadas o empleadas, pueden ocasionar daños irreparables.

Como veís, estos mandamientos se abren y se cierran con una cualidad sumamente importante: LA PRUDENCIA.

Autor: J.C.L.

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